La comunicación con nuestros hijos es de suma importancia, gracias a ello podremos conectar con ellos y educarlos. Nos ayuda a reconocer sus emociones, conectar con sus ideas y saber qué piensa.

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Gracias a la comunicación entre padres e hijos logramos el desarrollo intelectual  durante los primeros años de vida sea efectivo. Los niños necesitan de la comunicación para potenciar su memoria, su concentración, conocer del medio que les rodea, la abstracción de las cosas, para desarrollar su lenguaje y comunicación, para autoregular sus emociones, para comprender las cosas... y así poder desarrollarse plenamente.

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La comunicación tiene que ir unido a la motivación, debemos motivar a los niños. Debemos también  de crear un clima de confianza mutua, y eso nos lo aporta la  disciplina positiva.

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Son necesarios los límites como he comentado en otra entrada de esta sección. Límites transmitidos desde una comunicación empática, desde la empatía reforzamos  las conductas positivas, ya que enseñamos a los niños límites con cariño y así puedan interiorizar las normas de una manera razonada, esto dará lugar a  lograr apaciguar sus ánimos cuando están desbocados.

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 * Debemos evitar la siguiente comunicación ( siempre que sea posible):

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     - Luis recoge los juguetes del suelo, y lleva la ropa sucia al cubo para poderla lavar.

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* Lo cambiaremos por lo siguiente ( vamos hacerle participe con nosotros) :

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   - Luis, me ayudas a recoger estos juguetes del suelo, para que la habitación este recogida, y luego vamos a llevar la ropa sucia al          cubo para poderla lavar y tenerla limpia.

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Con el trabajo en equipo, todo sale mejor. Le pedimos colaboración y así las cosas ya no hace las tareas que se le piden solo, se sentirá acompañado. Esto hace que la tarea sea  amena y sencilla.

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* Podemos hacerle tomar una decisión ante una cosa que queremos que haga:

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    - Luis que prefieres bañarte antes de cenar o después de cenar?

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 Con la pregunta, hacemos que los niños tengan la libertad de decidir lo que ellos quieren hacer. Estamos incentivando  de una manera muy acertada a que tome sus propias decisiones.

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